Fase1: Previa o de diagnóstico. Aquí hay que
llevar a cabo un análisis de necesidades, y por ello es fundamental el análisis
del contexto. Para que sea efectivo hay que analizar y comparar las situaciones
actuadas con las deseadas, para a partir de ahí, ser consciente qué camino
quiero que siga mi programa. En esta fase es fundamental la metodología.
Existen varios tipos de necesidades, en relación a si los
individuos son conscientes o no.
-Necesidades percibidas: son aquellas en la que los
individuos son consciente de que sufren una serie de carencias educativas.
Dentro de las percibidas encontramos las manifestadas o las no manifestadas.
-Necesidades no percibidas: no son conscientes de que sufren
una necesidad
En relación al tipo de necesidades que presenten, deberemos
utilizar unas herramientas u otras.
Con las líneas estratégicas trazamos el camino para llegar a
nuestro objetivo final. No debemos
olvidar que trabajamos con personas, personas reales, por lo que a veces es preferible
que nuestro camino sea más largo, si con ello conseguimos cubrir las
necesidades existentes de manera más eficaz y eficiente.
Para Espinoza (1986:78) el diagnóstico debe tener cuatro
puntos, los cuales son indispensables. Dichos puntos son:
1. Establecer un cuadro de necesidades
2. Elaborar un inventario con los recursos que necesitaremos
para poder hacer frente a la situación conflictiva que hemos encontrado
3. Definir alternativas posibles para poder enfrentar el
problema
4. Elegir la mejor de las alternativas, y en base a ella
formular nuestro proyecto.
En esta fase, y más en nuestro trabajo ya que actuamos
directamente con personas, debemos establecer siempre una jerarquía de
necesidades, para poder atender a las más importantes y urgentes.
En relación a nuestro proyecto, tengo que decir que esta
primera fase denominada de diagnóstico, no la hemos podido llevar a cabo, ya
que aún no precisamos de la formación necesaria para entrar en centros
penitenciarios.
Fase2: Planificación. Una vez analizado el
contexto, nuestra tarea siguiente es la planificación.
Para la planificación vamos hacer una división interna. Y lo
iremos comparando continuamente con nuestro trabajo.
En cualquier programa de intervención, tenemos que elaborar
en un primer momento la justificación.
En esta parte del programa, hablo en mi caso propio, hemos dado las razones por
las que nos hemos planteado hacer este trabajo y no otro. ¿Por qué trabajar con
maltratadores? Pues muy sencillo. Es cierto que es importante que existan
programas para ayudar a las víctimas, sin embargo ellas no son las causantes
del mal. Nuestro grupo ha visto la necesidad de ir directamente al foco del
problema, es decir, trabajar directamente con aquellos individuos que producen
el maltrato. En este aparto es fundamental el poder de convicción, ya que de la
justificación va a depender que nuestro trabajo se lleve a la práctica o no.
Justo después nos encontramos con los objetivos. Esta parte se podría decir que es la más importante del
programa dentro de la planificación, porque en relación a ello se seguirá
elaborando el trabajo en unas vías u otras. Los objetivos los podríamos definir
como las metas que queremos conseguir con nuestro trabajo. Es importante sabe
que las funciones básicas de los objetivos didácticos son: servir de guía a los
contenidos y a las actividades de aprendizaje, y proporcionar criterios para el
control de estas actividades.
Encontramos distintos tipo de objetivos.
Objetivos generales:
de manera muy general tenemos que abordar lo que queremos conseguir. En nuestro
caso es disminuir las conductas violentas.
Objetivos
específicos: es como indagar un poco en qué dicen esos objetivos generales.
En nuestro caso lo hemos querido dividir en afectivo-relacional, como por
ejemplo fomentar la empatía o tratar de que sus relaciones las basen en el
respeto; cognitivo, entre los que podemos encontrar el fomento de su capacidad
comunicativa; y finalmente, conductual, como por ejemplo que sean capaces de
controlar la ira.
Finalmente nos encontramos con los objetivos operativos, que es el desglose máximo, desde nuestro
entender, de los objetivos generales.
Es importante destacar que los objetivos se plantean y están
planificados de antemano, sin embargo, también existe la posibilidad de
adquirir logros no planificados.
Para elaborar unos objetivos, tenemos que tener siempre en
mente que deben ser claros, realistas, verificables, comprobables y
ejecutables, sino no nada de esto tendría sentido.
Estos objetivos pueden ser complementados con una serie de
competencias. Existen dos tipos de competencias, profesionales y personales.
Nuestro proyecto se basa exclusivamente en las personales.

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