jueves, 24 de enero de 2013

Programa de intervención social


Fase1: Previa o de diagnóstico. Aquí hay que llevar a cabo un análisis de necesidades, y por ello es fundamental el análisis del contexto. Para que sea efectivo hay que analizar y comparar las situaciones actuadas con las deseadas, para a partir de ahí, ser consciente qué camino quiero que siga mi programa. En esta fase es fundamental la metodología.
Existen varios tipos de necesidades, en relación a si los individuos son conscientes o no.
-Necesidades percibidas: son aquellas en la que los individuos son consciente de que sufren una serie de carencias educativas. Dentro de las percibidas encontramos las manifestadas o las no manifestadas.
-Necesidades no percibidas: no son conscientes de que sufren una necesidad

En relación al tipo de necesidades que presenten, deberemos utilizar unas herramientas u otras.
Con las líneas estratégicas trazamos el camino para llegar a nuestro objetivo final.  No debemos olvidar que trabajamos con personas, personas reales, por lo que a veces es preferible que nuestro camino sea más largo, si con ello conseguimos cubrir las necesidades existentes de manera más eficaz y eficiente.

Para Espinoza (1986:78) el diagnóstico debe tener cuatro puntos, los cuales son indispensables. Dichos puntos son:
1. Establecer un cuadro de necesidades
2. Elaborar un inventario con los recursos que necesitaremos para poder hacer frente a la situación conflictiva que hemos encontrado
3. Definir alternativas posibles para poder enfrentar el problema
4. Elegir la mejor de las alternativas, y en base a ella formular nuestro proyecto.

En esta fase, y más en nuestro trabajo ya que actuamos directamente con personas, debemos establecer siempre una jerarquía de necesidades, para poder atender a las más importantes y urgentes.

En relación a nuestro proyecto, tengo que decir que esta primera fase denominada de diagnóstico, no la hemos podido llevar a cabo, ya que aún no precisamos de la formación necesaria para entrar en centros penitenciarios.



Fase2: Planificación. Una vez analizado el contexto, nuestra tarea siguiente es la planificación.
Para la planificación vamos hacer una división interna. Y lo iremos comparando continuamente con nuestro trabajo.
En cualquier programa de intervención, tenemos que elaborar en un primer momento la justificación. En esta parte del programa, hablo en mi caso propio, hemos dado las razones por las que nos hemos planteado hacer este trabajo y no otro. ¿Por qué trabajar con maltratadores? Pues muy sencillo. Es cierto que es importante que existan programas para ayudar a las víctimas, sin embargo ellas no son las causantes del mal. Nuestro grupo ha visto la necesidad de ir directamente al foco del problema, es decir, trabajar directamente con aquellos individuos que producen el maltrato. En este aparto es fundamental el poder de convicción, ya que de la justificación va a depender que nuestro trabajo se lleve a la práctica o no.
Justo después nos encontramos con los objetivos. Esta parte se podría decir que es la más importante del programa dentro de la planificación, porque en relación a ello se seguirá elaborando el trabajo en unas vías u otras. Los objetivos los podríamos definir como las metas que queremos conseguir con nuestro trabajo. Es importante sabe que las funciones básicas de los objetivos didácticos son: servir de guía a los contenidos y a las actividades de aprendizaje, y proporcionar criterios para el control de estas actividades.
Encontramos distintos tipo de objetivos.



Objetivos generales: de manera muy general tenemos que abordar lo que queremos conseguir. En nuestro caso es disminuir las conductas violentas.
Objetivos específicos: es como indagar un poco en qué dicen esos objetivos generales. En nuestro caso lo hemos querido dividir en afectivo-relacional, como por ejemplo fomentar la empatía o tratar de que sus relaciones las basen en el respeto; cognitivo, entre los que podemos encontrar el fomento de su capacidad comunicativa; y finalmente, conductual, como por ejemplo que sean capaces de controlar la ira.
Finalmente nos encontramos con los objetivos operativos, que es el desglose máximo, desde nuestro entender, de los objetivos generales.
Es importante destacar que los objetivos se plantean y están planificados de antemano, sin embargo, también existe la posibilidad de adquirir logros no planificados.
Para elaborar unos objetivos, tenemos que tener siempre en mente que deben ser claros, realistas, verificables, comprobables y ejecutables, sino no nada de esto tendría sentido.
Estos objetivos pueden ser complementados con una serie de competencias. Existen dos tipos de competencias, profesionales y personales. Nuestro proyecto se basa exclusivamente en las personales.


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