miércoles, 30 de enero de 2013

Despedida...


Última entrada en el blog, parece mentira… Haciendo una mirada retrospectiva al pasado, parece que fue ayer cuando todos nos preguntamos qué era la didáctica, y qué se esperaría de nosotros en esta asignatura…
En esta última entrada que sirve un poco como despedida, me gustaría hablar de todo lo que esta asignatura me a aportado, más que académicamente (ya que ha quedado reflejada en entradas anteriores), personalmente.
Como he dicho anteriormente no tenía ni más remota idea de lo que haríamos en las clases, pero me pareció genial que no tuviéramos exámenes… Muy ingenua yo al pensar que por eso sería más fácil y que tendría más tiempo para centrarme más en otras asignaturas… Finalmente puedo decir que ha sido lo contrario…
Con el hecho de no tener exámenes y de plasmarlo todo en un blog, ahora a final de este semestre, he entiendo que la evaluación se puede hacer de muchas maneras, y que una prueba escrita tal vez no sea la más efectiva para un conocimiento duradero en el tiempo… Lo fundamental es asentar los conocimientos, y en la medida de lo posible transferirlos en la vida real. La principal diferencia que tenemos con el blog y un examen es que con el blog tenemos que llevar una mayor continuidad, buscar información adicional, ver videos… todo con el objetivo de tener una idea clara y de poder plasmarla en nuestro “examen continuo”. Con los exámenes pues para que engañarnos, mucha información la acabamos olvidando.
Desde un primer momento las clases me encantaron, en parte por tu modo, Almudena, de impartirlas. Jamás he tenido un profes@r que me hiciera reflexionar tanto, dentro y fuera de clase. Cada día una idea, un pensamiento y por tanto una reflexión nueva. En todas las clases me planteaba y replanteaba muchas cosas en las que anteriormente ni tan siquiera había pensado. Y es genial. Cada vez que alguien me pregunta sobre la universidad y hablo de didáctica, de lo que hablamos, hacemos, como lo hacemos… a todo el mundo le parece fascinante. Obviamente porque lo es. Las clases son como momentos de tensión, en la que continuamente espero algo nuevo. Jamás se me olvidará tu frase en la primera clase en la que me di cuenta de lo que me iba a gustar esta asignatura… “Educar es manipular, y manipular es una responsabilidad”. Es cierto que en un primer momento fue una frase impactante, pero ha sido con el paso del tiempo, con los contenidos, los paradigmas, los modelos… cuando verdaderamente ha ido cobrando sentido.
En cuanto al proyecto de fin de semestre tengo que decir que ha sido un verdadero reto… es cierto que todos los apartados los hemos dado teóricamente en clase, pero no es lo mismo la teoría que la práctica. En un primer momento me pregunté porque tan pocas indicaciones, es cierto que nos dabas la oportunidad de preguntar, tener tutorías, pero la primera toma de contacto la teníamos que hacer nosotras solas. Con el paso de las reuniones con las compañeras del grupo, búsqueda individualizada etc., me he dado cuenta de que también eso es necesario. Nadie va a solucionarnos nunca nada, tenemos que ser capaces de buscar medios por nosotros mismos para asegurar que todo lo hacemos de forma eficaz, y que cubra las necesidad que hemos detectado. 


Al final, con mucho esfuerzo y dedicación hemos intentado  plasmar todo esto que parece tan teórico, en lo práctico, a través de un programa destinado a maltratadores.
En relación a las EPD tengo que decir que al principio tenía un poco de miedo, no me veía nada capacitada para hacer un análisis tan profundo con tan solo 4 minutos de un fragmento de película. Más miedo tenía porque creía que jamás sabría transferir didáctica a mi vida cotidiana. Y ahora me doy cuenta que me equivocaba, de que poco a poco, y de manera casi inconsciente pienso en la didáctica en muchos ratos de mi día a día… cuando estoy con mis primos pequeños y veo que les riñen (modelo conductista), cuando me hago la planificación de estudio para los exámenes finales (analizo las asignaturas que más tiempo tengo que dedicarle, planteo los objetivos que quiero lograr diariamente y al final de día evalúo que tal voy), cuando mi madre desde mi casa me explica por teléfono una forma nueva de hacer el pescado…  ¡ESTAMOS RODEADOS DE DIDÁCTICA!
En fin… creo que podría seguir, seguir y seguir escribiendo… Espero que estoy más que un adiós sea un hasta luego, ¡nos vemos el año que viene en la próxima clase de didáctica! (pero de 2º eh!)  
¡Gracias por hacer que disfrutemos con  tus clases!

jueves, 24 de enero de 2013

Programa de intervención social, evaluación.


Bueno esto ya va llegando al final… En último lugar nos encontramos con la evaluación.
Evaluar es emitir un juicio de valor sobre cualquier hecho, y por eso hay que hacerlo con criterio. Existen una gran cantidad de definiciones sobre que es evaluar, a continuación expondremos una: “Dar una nota es evaluar, hacer una prueba es evaluar, el registro de las notas se denomina evaluación. Al mismo tiempo varios significados son atribuidos al término: análisis de desempeño, valoración de resultados, medida de capacidad, apreciación del “todo” del alumno” (Hoffman, 1999).
Este último apartado de nuestro programa de intervención está presente en todos los aspecto de nuestra vida, y de manera inconsciente lo hacemos continuamente, por ello queremos apuntar: “Cuando detectan algún problema, las personas recogen información para poder tomar decisiones que les permitan enfrentarlo de la mejor manera posible. Del mismo modo, realizadas las acciones consideraron oportunas en su momento, suelen reflexionar sobre el acierto o erro en que incurrieron al actuar como lo hicieron. De esta forma están evaluando acciones y obteniendo información para ajustar su comportamiento futuro. Son evaluaciones que suelen estar teñidas de subjetividad” (Ernesto Cohen-Ronaldo Franco(1992) Evaluación de proyectos sociale: Siglo veintiuno editores). Es fundamental sobre todo la última parte “suelen estar teñidas de subjetividad”. A pesar de que podemos encontrar tanto evaluaciones cuantitativas (pretender objetivizarlo todo, cosa  que es imposible cuando se trabaja con personas), como cualitativas (en la que se emiten juicios de valor), al fin y al cabo evaluar es una actividad totalmente subjetiva. Porque, ¿quién establece los criterios que se evalúan?, ¿quién establece las pautas a seguir?, ¿quién establece cuando algo es suficiente o insuficiente?... por todas estas preguntas y muchas más, la evaluación es un proceso que va a depender de la persona que evalúa. Tal vez esta tarde vaya por la calle y encuentre a una mujer andando que lleva puesto un vestido amarillo fluorescente con una chaqueta “naranja bombona”. Directamente pensaré como puede ir vestida así. Pero este pensamiento se origina en mis justos, y obviamente no es los justos de dicha mujer, por lo que mi evaluación, como cualquier tipo de evaluación, es totalmente subjetiva.

A la hora de evaluar nos podemos encontrar diferentes tipos de evaluación:
-Según su finalidad: función diagnóstica, formativa y sumativa
-Según su momento de aplicación: inicial, procesual y final
-Según su extensión: global y parcial
-Según los agentes evaluadores: interna y externa
-Según el criterio de comparación: auto-referencia cuando la referencia es del propio sujeto, y hetero-referencia, cuando las referencias no son el propio sujeto.
-Según los casos: criterial, referida a unos objetivos previamente establecido, y normativa, referida a un grupo significativo que determina un nivel.


Es importante añadir que la evaluación la podemos realizar tanto a personas, procesos o resultados.  Algo también a destacar es la importancia de la evaluación conocida como demora, que normalmente no se suele llevar a cabo pero que sin embargo es la más importante, sobre todo si estamos realizando un programa de intervención. ¿Por qué decimos que es la más importante? Pues muy sencillo, esta evaluación se realiza de forma posterior, es decir, un mi caso una vez que el programa con maltratadores ha finalizado y además dichas personas salen a la calle y empiezan a tener contacto con mujeres. Evaluar nuestro trabajo con el paso del tiempo y en una situación de la vida cotidiana, es la única manera de ver si hemos conseguido cumplir los objetivos que nos marcamos con la elaboración de nuestro proyecto o no.

Para finalizar decir que cualquier evaluación debe acabar con un informe.

Como opinión personal acerca de la evaluación tengo que añadir que a pesar de que una de las funciones es “motivar”, muchas veces más que motivar desmotiva. Esta desmotivación puede ser tanto a nivel académico,  como por ejemplo si nos esforzamos desde el primer momento, y estudiamos de manera diaria, pero resulta que el día antes del examen me pongo mala con fiebre y durante el examen no consigo concentrarme y suspendo. Nos la jugamos a un único examen, y por lo general (aunque es cierto que ahora con el plan Bolonia y sus prácticas está más equilibrado), no se tienen en cuenta la gran multitud de factores que nos pueden influir a la hora de realizar con éxito un examen. Tanto en la vida cotidiana, cuando me esfuerzo por elaborar, por ejemplo un pastel, al cual le he dedicado mucho tiempo y lo he hecho con la mejor intención, y lo único que recibo son gesto de desagrado. Como bien dice esta última foto, “La evaluación siempre será un medio y nunca un fin”




Programa de intervención social


Ahora pasaremos a hablar de la metodología. La metodología lo envuelve todo una vez que hayamos planteados los objetivos. La metodología está estrechamente relacionada con los modelos, ya que en relación al modelo o paradigma que utilicemos, nuestra metodología se orientará en un sentido u otro. Se podría decir que es el momento en el que nos planteamos de qué manera voy hacer lo que está en mi mente.
Para saber si la metodología que estamos utilizando es la adecuada, debemos tener en cuenta dos cosas fundamentalmente:
-Debe tener coherencia, es decir, la relación objetivos-necesidades-metodología debe ser coherente, y a su vez eficacia, es decir, que cubra los objetivos deseados y propuestos anteriormente.
-Aprender a aprender.
La metodología se hace a través de un programa de actividades, las cuales deben tener un sentido completo así como coherencia y una sucesión lógica. La metodología debe tener una relación coherente con los elementos del currículum así como con las necesidades detectadas para que sea efectiva. De nada serviría por ejemplo si con un colectivo de personas analfabetas planificamos unos talleres de lectura individual.
Existen varias herramientas necesarias para construir un método, ya sea inducción-deducción, teórica-práctica, deconstrucción-reconstrucción, procesos creativos (esto es fundamental para nuestro trabajo, ya que es nuestra herramienta principal. A través de nuestra creatividad debemos ser capaces de detectar la mejor manera que tiene el colectivo con el que trabajamos para que aprenda, así como tener la capacidad de motivación. Y en esto Almudena, creo que… ¡no hay quien te supere!) además hablamos de la necesidad de comunicación, tema ya mencionado anteriormente, ya sea verbal o no verbal, y finalmente procesos monótonos-variados y transversalidad, que significa que ciertos contenidos deben considerarse desde ciertas disciplinas, muy relacionado con los contenido.
Ahora toca darle paso a los contenidos. Esta parte es la más difícil de plasmar, y la que más nos a costado a nivel grupal como clase, y a nivel individual como grupo. En la teoría se ve fácil cuando decimos “es lo que yo transmito”, pero a la práctica nos damos cuenta de que la cosa se complica…
Los contenidos comprenden las siguientes tareas:
-Selección: aquí se puede optar por desglosar el bloque temático en unidades más pequeñas  seleccionando el número, la amplitud, la diversidad y la densidad de los contenidos de  cada unidad.
-Secuenciación: hace referencia a la formulación de los contenidos en función de la  complejidad, profundidad, significatividad y/o  cualquier otro criterio que incida en el  momento en que esos contenidos deban ser impartido
-Organización: Se refiere a la relación entre los contenidos, la priorización o  jerarquización en la red de conceptos, así como a la presentación de los mismos.

Podemos distinguir tres tipos diferentes de contenidos, conceptuales, que son hechos y principios; actitudinales que son los valores y normas; y procedimentales, que son las técnicas y estrategias. 


Existen diversas metodologías y propuestas  didácticas para la organización de  contenidos. La adopción de una u otra dependerá de una serie de factores.
En relación con nuestro programa esta es la parte que más problemas nos ha ocasionado, ya que no teníamos muy clara su estructuración. Finalmente creo que tras varias pautas y recomendaciones, lo hemos conseguido.

La metodología, junto con los contenidos, dan paso a las actividades. Las actividades las podíamos definir como un conjunto de elementos básicos con los que se enseña a hacer algo. Aquí, como en el programa, debemos diferenciar la actividad dada, con la deseada, y a partir de ahí ver la manera de transmitirlo a través de un programa de actividades.
Lo primero que debemos hacer para diseñar una actividad es establecer unos criterios metodológicos,  después determinar cómo es el colectivo con el que trabajo así como las capacidades del educad@r, y finalmente ver con qué recursos parto y dispongo para la elaboración de las actividades. Tengo que decir que lo de los recursos queda ahora mismo un poco al margen de nuestro proyecto. La verdad es que se podría decir que “no hemos reparado en gastos”. Hemos intentado ser un poco realista, pero lo dicho, sólo un poco.
Cualquier actividad además se compone de unos elementos, mencionados anteriormente, como son los objetivos, contenidos, recursos, agrupamiento y organización del trabajo.


Programa de intervención social


Fase1: Previa o de diagnóstico. Aquí hay que llevar a cabo un análisis de necesidades, y por ello es fundamental el análisis del contexto. Para que sea efectivo hay que analizar y comparar las situaciones actuadas con las deseadas, para a partir de ahí, ser consciente qué camino quiero que siga mi programa. En esta fase es fundamental la metodología.
Existen varios tipos de necesidades, en relación a si los individuos son conscientes o no.
-Necesidades percibidas: son aquellas en la que los individuos son consciente de que sufren una serie de carencias educativas. Dentro de las percibidas encontramos las manifestadas o las no manifestadas.
-Necesidades no percibidas: no son conscientes de que sufren una necesidad

En relación al tipo de necesidades que presenten, deberemos utilizar unas herramientas u otras.
Con las líneas estratégicas trazamos el camino para llegar a nuestro objetivo final.  No debemos olvidar que trabajamos con personas, personas reales, por lo que a veces es preferible que nuestro camino sea más largo, si con ello conseguimos cubrir las necesidades existentes de manera más eficaz y eficiente.

Para Espinoza (1986:78) el diagnóstico debe tener cuatro puntos, los cuales son indispensables. Dichos puntos son:
1. Establecer un cuadro de necesidades
2. Elaborar un inventario con los recursos que necesitaremos para poder hacer frente a la situación conflictiva que hemos encontrado
3. Definir alternativas posibles para poder enfrentar el problema
4. Elegir la mejor de las alternativas, y en base a ella formular nuestro proyecto.

En esta fase, y más en nuestro trabajo ya que actuamos directamente con personas, debemos establecer siempre una jerarquía de necesidades, para poder atender a las más importantes y urgentes.

En relación a nuestro proyecto, tengo que decir que esta primera fase denominada de diagnóstico, no la hemos podido llevar a cabo, ya que aún no precisamos de la formación necesaria para entrar en centros penitenciarios.



Fase2: Planificación. Una vez analizado el contexto, nuestra tarea siguiente es la planificación.
Para la planificación vamos hacer una división interna. Y lo iremos comparando continuamente con nuestro trabajo.
En cualquier programa de intervención, tenemos que elaborar en un primer momento la justificación. En esta parte del programa, hablo en mi caso propio, hemos dado las razones por las que nos hemos planteado hacer este trabajo y no otro. ¿Por qué trabajar con maltratadores? Pues muy sencillo. Es cierto que es importante que existan programas para ayudar a las víctimas, sin embargo ellas no son las causantes del mal. Nuestro grupo ha visto la necesidad de ir directamente al foco del problema, es decir, trabajar directamente con aquellos individuos que producen el maltrato. En este aparto es fundamental el poder de convicción, ya que de la justificación va a depender que nuestro trabajo se lleve a la práctica o no.
Justo después nos encontramos con los objetivos. Esta parte se podría decir que es la más importante del programa dentro de la planificación, porque en relación a ello se seguirá elaborando el trabajo en unas vías u otras. Los objetivos los podríamos definir como las metas que queremos conseguir con nuestro trabajo. Es importante sabe que las funciones básicas de los objetivos didácticos son: servir de guía a los contenidos y a las actividades de aprendizaje, y proporcionar criterios para el control de estas actividades.
Encontramos distintos tipo de objetivos.



Objetivos generales: de manera muy general tenemos que abordar lo que queremos conseguir. En nuestro caso es disminuir las conductas violentas.
Objetivos específicos: es como indagar un poco en qué dicen esos objetivos generales. En nuestro caso lo hemos querido dividir en afectivo-relacional, como por ejemplo fomentar la empatía o tratar de que sus relaciones las basen en el respeto; cognitivo, entre los que podemos encontrar el fomento de su capacidad comunicativa; y finalmente, conductual, como por ejemplo que sean capaces de controlar la ira.
Finalmente nos encontramos con los objetivos operativos, que es el desglose máximo, desde nuestro entender, de los objetivos generales.
Es importante destacar que los objetivos se plantean y están planificados de antemano, sin embargo, también existe la posibilidad de adquirir logros no planificados.
Para elaborar unos objetivos, tenemos que tener siempre en mente que deben ser claros, realistas, verificables, comprobables y ejecutables, sino no nada de esto tendría sentido.
Estos objetivos pueden ser complementados con una serie de competencias. Existen dos tipos de competencias, profesionales y personales. Nuestro proyecto se basa exclusivamente en las personales.


domingo, 13 de enero de 2013

Dinámica de grupos


Otra clase más llena de creatividad… Nada como poner en común nuestros conocimientos  acerca de la asignatura a través de algo con lo que debemos ir familiarizándonos, es decir, con una dinámica de grupo como es la dinámica de la telaraña.
Tal y como apunta Balduino A. Andreola en el libro “Dinámica de grupo”:
“Las aguas de un río, una vez representadas y encauzadas, se transforman en fuerzas productivas al servicio de la v ida. Ello se debe a que la “dinámica” de las aguas ha sido dominada. Cuando no se dominan, o son mal dominadas, las aguas irrumpen de manera salvaje, transformándose en destrucción y desolación. Lo mismo ocurre con los grupos humanos. Las fabulosas energías que encierran tomarán el rumbo de la comunicación, la cooperación y la integración, o el del conflicto, la agresividad y la disgregación, según el tipo de control o liderazgo que en ellos ejerza.”

Las dinámicas de grupos podemos decir que son actividades destinada para cualquier colectivo, ya sean niños, jóvenes o adultos, de características heterogéneas.
Las dinámicas tienen múltiples objetivos, en este caso específico y aplicado a la clase, ver los conocimientos que hemos ido adquiriendo a lo largo del semestre. Sin embargo cabe decir que la telaraña, por lo general, el objetivo principal es conocer al grupo así como crear un clima agradable entre todos y de cooperación.  Es importante decir que esta dinámica puede ayudar a que muchas personas con problemas de timidez se abran a otras de manera sencilla, y que les ayude posteriormente para seguir manteniendo contacto con su grupo de iguales. A continuación podemos verlo de manera más clara y representativa.


No debemos olvidar que para desarrollar una dinámica de grupo que sea efectiva, es necesario en un primer momento deshacer una serie de mitos y prejuicios, en relación con los distintos tipos e influencias del liderazgo.  Luego es preciso conocer las distintas formas de liderazgo que pueden actuar sobre un grupo, y finalmente, las estrategias para que las formas de liderazgo se desarrollen de forma positiva.

Ahora creo necesario destacar otro tipo de dinámica de grupo, y la clasificaremos según sus objetivos:
  • Dinámicas de presentación: “Avisos clasificados”

Cada cual recibe una hoja en blanco. Debe escribir un aviso clasificado como los del diario, ofreciéndose según sus mejores cualidades.
Se ponen los avisos en la pared para que los participantes los pueden leer.
Al final, se puede hacer una ronda de conversación en que cada uno cuente qué aviso le llamó la atención y puede hacer alguna pregunta al que lo escribió.

  • Dinámicas de confianza y cohesión grupal: “Orden de las edades”

Todos en fila, adquieren el compromiso de no hablar mientras dure el juego, sólo pueden hacer señas. El objetivo del grupo es ordenarse por fechas de nacimiento, de mayor a menor, pero sin hablar. Ganará el grupo cuando esté ordenado. Al final se contrasta el orden conseguido sin hablar, con las fechas reales que cada cual nos cuente.

  • Dinámicas para el contacto emocional: “Los ciegos”

La mitad del grupo son ciegos y la otra guías. Los ciegos deben dejarse llevar por sus compañeros guías, recorriendo la sala o el entorno de la sala. Luego de cinco minutos se cambian de rol.
Al final del ejercicio guía y ciego se sientan a conversar sobre la experiencia de confiar en el otro: es fácil o difícil, cómo se sintieron más cómodos si como guía o como ciego, etc.

  • Dinámicas de comunicación: “Juego de disfraces”

Se pide a un participante que salga de la sala. El grupo tiene que elegir un disfraz imaginario o personaje con el que se pueda identificar la persona que salió.
Cuando el grupo llega a acuerdo se invita a entrar al compañero y un vocero le cuenta su disfraz o personaje y por qué se escogió. El disfrazado no puede comentar nada, sólo al final del ejercicio.
Luego sale otra persona y esto se repite hasta que todos hayan sido "disfrazados" por sus compañeros.
Al final se comenta lo que a cada uno le pasó con su disfraz, si se siente identificado con él, si siente que el grupo lo conoce o no, etc.

  • Dinámicas para la resolución de conflictos: “Formar palabras”

Todos los miembros del grupo han de saber que la colaboración es lo más importante, ya que sin ella la realización de este juego y de otras muchas actividades de la vida cotidiana sería imposible.
Se dividirá el grupo principal en subgrupos, de manera que exista el mismo número de miembros en cada grupo. La palabra que el monitor asigne, se dividirá en letras y cada subgrupo tendrá que representar esa letra. Cuando éstos se organicen en cuanto a la formación de las letras tendrán que representar dichas letras tumbados en el suelo, siguiendo un orden para que de esta manera se forme la palabra asignada.
Se reflexionará con los participantes sobre:¿ha sido fácil realizar las letras y la palabra en sí? ¿cómo fue la organización y realización de las letras?

Dentro de este último tipo de dinámica, podemos situar la de la tela de araña.

A continuación me gustaría presentar unas fotos que representan una dinámica de grupo que hice este verano en Irlanda, aunque tengo que confesar que en aquel momento no lo vi como una dinámica de grupo, sino tan solo como pasar un buen rato con amigos. Ahora me doy cuenta que pusimos en práctica valores como la cooperación, comunicación y el contacto, tanto físico como emocional.


Aunque no se aprecie, el objetivo era "ordeñar" y tratar de sacar la mayor cantidad de agua posible, hasta hacer que unos cubos rebosaran.